Ya no serán los mismos días y mucho menos buenos. Un día me dijiste que la vida nos cambia ya sea para bien o para mal. En ese momento no entendía esa definición, y se venían tantas preguntas a mi cabeza. Una de ellas era: ¿Cómo es que las personas pueden cambiar porque si?
Tú sólo reías y me decías que el tiempo me daría las respuestas que no sabía. Y hoy te digo, que no soy el mismo. Sólo quedan los recuerdos de lo que algún día fuimos. Las veces que nos sonrojábamos sin siquiera tocarnos, o los besos que nos dábamos sin necesidad de pedirlos. Aquellas fotos que nos tomábamos aunque no te gustaban. Según tú porque nunca salías bien y odiabas que subiera una foto sin antes consultarte.
Yo siempre odie las cosquillas, pero a ti te encantaba hacérmelas, jamás me gustaron pero eran tuyas. No fuiste de muchas palabras porque decías que esas se las llevaba el viento y que la mejor manera de demostrarle interés a alguien era con hechos. Ser romántico no era lo tuyo sin embargo te gustaba que yo lo fuera.
Acabamos con lo mucho o poco que teníamos, yo siempre pensé que una vez que esto se rompiera, ya no tendría remedio. Y que por más pegamento que le pusieras no lograrías unir los pedazos. Y no es que dejará de quererte, pero nunca supe que era suficiente para ti. Ni hasta donde eras capaz de llegar sólo por no saberte ir. Le he dado tantas vueltas en mi cabeza, hasta que por fin decidí irme, por ti.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Comenzó como Community Manager en el 2011 con Blogger y termino con WordPress. Escribe sobre amor, temas LGTB+, y quizás mañana sobre Política.
Es Comunicólogo por Profesión, pero Psicólogo por vocación.
