Deja de fijarte en el físico y enamórate de un hombre que te sepa hablar bonito. Que siempre te prefiera sobre las demás cosas. Y que sepa que la magia que tiene contigo no la encontrara ni en mil galaxias.
Enamórate de un hombre que sea bueno contigo y bien portado enfrente de los demás, pero que en la noche de batalla en la cama, hasta despertar a los vecinos, y dejarte sin aliento.
Enamórate de un hombre que se pierda en la profundidad de tu mirada y caiga en el arco de tu sonrisa. Que sepa abrazarte cuando tengas miedo, y hacer que pases de un enojo a una carcajada. Y que en esos días que sientes que llevas el mundo en tus hombros, te ayude a cargar con ese peso.
Enamórate de un hombre que te escriba poemas y cartas, hasta en el papel higiénico. Que te llegue con un dulce y una notita escrita a mano. Y sin que le importe el día o la hora, para que te sorprenda con un ramo de flores.