Todas las tardes me apuro para tomar el mismo autobús. Aún cuando da más vueltas siempre prefiero irme en ese. Mi amiga me ha preguntado varias veces el porque tomo uno que me deja más lejos de mi casa y la verdad nunca le he dicho la verdad.
En esa ruta a las 8:25 de la noche y sin falta se sube el mismo chico vestido de color caqui. La primera vez que lo vi pensé que me había enamorado pero era muy apresurado para poder considerarlo. Muy en lo profundo me hacía recordar a un ex amor (cosa que tampoco le he dicho a nadie).
Nunca hemos intercambiado palabras pero lo he visto varias veces. Y sé que él ha notado que lo veo. Me es muy placentero observarlo aún cuando son unos segundos en lo que paga su boleto y se sienta.
He notado que su mirada siempre esta perdida y pareciera que anda preocupado. Yo prefiero sentarme a 3 asientos de diferencia para apreciarlo mejor. Me ha pasado por la cabeza sentarme a su lado y hacerle platica, pero la verdad no sabría que decirle. Seguramente me quedaría como bobo viéndolo. Sé que no sabes pero siempre llevo una camisa bonita y mis jeans ajustados por si algún día me volteas a ver.
Quizás si algún día tomará el valor de dirigirte la palabra sería diferente, pero no estoy seguro de que pase muy pronto. Aún así no me quita que todos los días lo vea y suspire. Y quien sabe, puede que un día de estos pase algo más que unas miradas perdidas.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Comenzó como Community Manager en el 2011 con Blogger y termino con WordPress. Escribe sobre amor, temas LGTB+, y quizás mañana sobre Política.
Es Comunicólogo por Profesión, pero Psicólogo por vocación.
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2 comentarios
Me ha pasado algo similar. Me ha gustado mucho tu post y claro, tu blog. Saludos.
Es una mezcla de emociones cuando te pasa.
Gracias por leerme. Saludos