Es increíble como las películas en específico los cuentos de hadas influyen tanto en nuestras vidas. Al punto de desea tan obsesivamente un estereotipado Príncipe de Disney. Y no querer conformarnos con algo más perfecto que Eric de la Cenicienta. Pero ¿qué pasa en realidad con ese tipo de situaciones?
Príncipe de Disney
Los hombres que salen en estos cuentos son perfectos. Los diseñaron de una forma tan inmaculada que sus facciones son justo lo que «consideramos hermoso«. Tiene una sonrisa de encanto, saben que decir siempre y corren detrás de ti para rogarte por su amor. Tiene un cuerpo musculoso y marcado, además de ser delgados, con ojos de color. Las cosas que te hacen o dan son las que necesitas sin tener que pedírselas. Solo es necesario que te hagas un poco el difícil y tu príncipe hará todo para robarse tu corazón.
Este tipo de ideologías son las causantes de muchos problemas en las parejas y la conclusión de estas mismas. La realidad es que el hombre promedio (y hablo de México), no tiene exactamente ese aspecto. El problema a veces radica en nosotros mismos, quienes buscamos desesperadamente un amor de fantasía. El cual debe ser rápido, perfecto y si no sirve pues lo dejamos. Yo siempre he sido de la idea de que el amor se debe cuidar, cultivar, ver florecer y después seguirlo cuidando.
La realidad
Como te lo exprese arriba, esas características inmaculadas las encuentras en muy pocas partes de la población. Y además es importante entender que las cosas no siempre son como queremos que sea. Las relaciones tienden a ser muy diferentes entre si y no se apegan al mismo orden de las historias de fantasía que todos vimos de pequeños. Hay muchas personas que comprenden que las relaciones no necesariamente tienden a ser perfectas (por que NO LO SON), pero hay otras que piensan justo lo contrario.
Algunas personas no logran mantener una relación por buscar perfección en lugares donde no los hay (ni los habrá). Se la pasan de persona en persona buscando que cumplan con todos sus requisitos pero no la encuentran. (porque no existe) Y luego no entienden porque se la pasan solos siempre.
No te aflijas por querer vivir una fantasía, los hombres de verdad vienen en muchas tallas, colores, tamaños y a veces hasta muy peludos. Las relaciones se construyen, se mantienen y se disfrutan.
Aunque esta bonito imaginar cosas utópicas, es importante aprender a diferenciarlas de la realidad. 😉
Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Comenzó como Community Manager en el 2011 con Blogger y termino con WordPress. Escribe sobre amor, temas LGTB+, y quizás mañana sobre Política.
Es Comunicólogo por Profesión, pero Psicólogo por vocación.
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